Bank of America prevé que el valor global del mercado de vehículos autónomos podría llegar hasta los 1,2 billones de dólares para el año 2040. Esta estimación abarca no solo automóviles de pasajeros, sino también camiones, sistemas de transporte público, maquinaria agrícola e industrial. El pronóstico se fundamenta en importantes desarrollos tecnológicos: inteligencia artificial, simulaciones, mayor potencia de cómputo y disminución progresiva de los costos de los sensores. Todos estos elementos ya están cambiando drásticamente el transporte y ofreciendo numerosas oportunidades para los inversores.
Perfil de las empresas recomendadas por BofA
El informe de Bank of America identifica 27 compañías con una capitalización conjunta superior a los 9 billones de dólares, todas vinculadas al ecosistema de la movilidad autónoma. Estas empresas se reparten en distintos segmentos clave:
En el sector tecnológico, sobresalen empresas como Nvidia y Qualcomm, que suministran los procesadores esenciales para el funcionamiento de los vehículos autónomos. Además, hay firmas como Aptiv y Mobileye que se enfocan en crear sensores y sistemas avanzados para la asistencia en la conducción.
En lo referente a los creadores, el documento abarca tanto a los diseñadores de plataformas de robotaxis como Waymo, Zoox o Tesla, como a firmas convencionales como Toyota, Hyundai y Daimler Truck. Incluso compañías como Xiaomi están ingresando al sector con vehículos autónomos orientados al cliente final.
En el sector de equipos pesados y agrícolas destacan empresas como Caterpillar y Deere & Co., que ya incorporan automatización avanzada en su maquinaria de construcción y agrícola.
Además, la movilidad compartida y la logística juegan un papel importante. Empresas como Uber apuestan por flotas autónomas a largo plazo, y otros actores del sector logístico exploran cómo incorporar esta tecnología para optimizar sus cadenas de suministro.
Áreas de crecimiento más allá del coche particular
El auténtico encanto del mercado autónomo se encuentra en su extensión más allá del coche particular. Bank of America destaca que los vehículos comerciales, agrícolas y de logística constituirán una parte importante del futuro mercado, superando incluso a los automóviles de pasajeros en valor añadido.
Se calcula que actualmente hay más de 200 proyectos activos de vehículos autónomos en todo el mundo. Siete ciudades ya cuentan con servicios de robotaxis operativos, y se espera que este número aumente a más de veinte en los próximos años.
¿Por qué este podría ser el momento adecuado?
Bank of America sostiene que el ecosistema autónomo se encuentra en un punto de inflexión. El avance acelerado de la inteligencia artificial, junto con la reducción de costos de sensores y hardware, ha acortado los plazos para el despliegue masivo. Además, la creciente competencia tecnológica entre países ha impulsado el desarrollo de infraestructura, regulaciones y estándares para estos sistemas.
La comparación con el reciente auge de la inteligencia artificial generativa es inevitable: la tecnología ya está lista, y las aplicaciones comienzan a escalar. Este impulso se refleja también en el interés de los grandes fondos de inversión.
Ventajas financieras y sociales
Uno de los principales beneficios que se esperan con la expansión de los vehículos autónomos es la eficiencia operativa. En el sector del transporte de mercancías, por ejemplo, se estima que el uso de vehículos sin conductor podría reducir los costos operativos por milla hasta en un 50 %. También ayudaría a paliar el déficit global de conductores profesionales, actualmente estimado en más de 4 millones de personas.
Compañías como Amazon están implementando vehículos autónomos y robots en sus procesos logísticos, con la meta de reducir hasta un tercio el costo de sus envíos. En la industria agrícola, la automatización facilita labores con mayor exactitud y menor huella ambiental.
Riesgos y factores críticos
A pesar de las perspectivas alentadoras, Bank of America señala que hay riesgos significativos. La normativa aún no está completamente establecida en numerosos países, y la aceptación social de estos vehículos sigue representando un obstáculo en algunas áreas. Además, los gastos iniciales de implementación son altos y las ventajas se apreciarán a largo plazo.
Las compañías que lideran esta transformación tecnológica también enfrentan desafíos específicos. Tesla, por ejemplo, aún no alcanza el nivel de autonomía total que promete, mientras que otras como Waymo ya operan robotaxis, aunque con modelos menos accesibles al consumidor medio.
Perspectivas para el inversor
Para aquellos que aspiran a involucrarse en esta evolución, el informe de Bank of America proporciona una guía precisa. Las 27 compañías mencionadas abarcan toda la cadena de valor: empezando por los semiconductores que impulsan la inteligencia de los automóviles, hasta las plataformas que los producen, las empresas que los incorporan en su actividad y los proveedores de soluciones de movilidad.
En resumen, el sector de los vehículos autónomos no solo simboliza una transformación en el transporte, sino que también ofrece una oportunidad estratégica de inversión a largo plazo. La variedad entre diferentes sectores y perfiles empresariales permite ajustar el nivel de riesgo de cada inversor, en un ámbito que progresa con paso firme hacia su consolidación.